martes, 6 de diciembre de 2011

Sobre la Obra





Dramaturgia y Coreografía: Mónica María López
Narradora - Bailarina: Mónica María López
Narradora: Laurel Gallego López
Director: Héctor Lorza


“Narrando y Danzando por Colombia” (En busca de los orígenes)Veinteava producción de La Corporación Artística Teatro El Fisgón, estrenada el 5 de agosto de 2011 como Ponencia en el: III Foro Filosofía y Educación “Pensamiento Crítico” Universidad Nacional Abierta y a Distancia  (UNAD), Medellín – Colombia.

Narrando y danzando se teje nuestra historia colombiana. El Mundo Precolombino, El Descubrimiento y La Conquista, conforman la base del texto dramático, revelando algunos acontecimientos de la conquista española de la hoy llamada República de Colombia.

Esta historia ilustrada a través de la narración, la actuación y la danza, cuenta sobre la riqueza que encontraron los españoles al llegar a estas tierras de América, resaltando un pasado oculto sobre el cómo lograron éstos, apoderarse de esas riquezas. El recital ofrece un espacio de reflexión, un acercarse a la historia del pasado de Colombia, para fomentar la diversidad étnica y cultural del país, para la inclusión y la solidaridad con las comunidades Indígenas aún existentes, con las comunidades Afrocolombianas y con la comunidad Rom, quienes tras siglos de prolongados exterminios, han sido reducidas a la condición de minorías étnicas.

La Educación y la Pedagogía Crítica es el camino que nos compromete en estudiar, analizar, reflexionar y compartir saberes en el proceso de percibir y concebir nuestra visión del mundo. El arte ha sido y siempre será un espacio de creación que nos permite comunicar un pensamiento y una idea, imágenes, sonidos y movimientos al servicio de la percepción del espectador, donde pueda crear un espacio de disfrute en la representación.




“Narrando y Danzando por Colombia” (En Busca de los Orígenes), es una obra que nos remite a la  “La Tradición Oral”, a los ritmos y danzas tradicionales  de nuestro país y a una visión desde El Pensamiento Crítico del proceso de descubrimiento y colonización del Nuevo Mundo, testimonio fehaciente de un proceso social, cultural, étnico, político, geográfico y económico de la República de Colombia, como nuestro país de origen .

Es por eso que hoy nos disponemos en la tarea de lograr cualificar, afinar y adornar este mensaje pedagógico, formativo y cultural, dirigido en especial a las nuevas generaciones que se gestan a diario en las grandes urbes, siendo saturadas de mensajes y culturas foráneas, desplazando y olvidando así nuestra riqueza cultural, representada en cada uno de los colombianos que habitamos y luchamos por hacer de Colombia, “La Mejor Esquina de América”.



Al ritmo de la danza, la narración y con objetos simbólicos colombianos, queremos contagiar a toda la comunidad del sentimiento  y el compromiso ciudadano, donde logremos recordar a nuestros Héroes Indígenas y sus hazañas en la defensa de su territorio, su vida, su riqueza aurífera y cultural. La otra historia de América, la historia de los conquistados, la historia que no nos contaron.


Mónica López







Foto: Mónica López

Culturas Indígenas de Colombia






En memoria de los
Caciques Indígenas de la resistencia
y los miles de Indígenas
que con sus actos heroicos
y sus vidas,
 hicieron de Colombia
la tierra de la libertad.


Que resuenen las herraduras
de aquellos temibles
salvajes caballos.
Se enfrentaron con valentía
aquellos temibles e indomables
Caciques.
Miles de Indígenas
armados con flechas, y lanzas,
diezmaron a cientos de centauros españoles.
Prefirieron morir lentamente
abrazados en el fuego,
o ahorcados silenciosamente en la maloca,
a rendirse frente a los blancos invasores.



Mónica López


Chibchas o muiscas, guanes , tunebos, taironas, chimilas, arahuacos, guajiros, paeces, cunas, guambianos, andaquíes, pastos, quillacingas, caribes, muzos, panches, pijaos, chocoes, motilones, quimbayas, catíos, tucanes, guahibos, puiñaves, huitotos, mocagajes, coreguajes, ingnos, cofanes. Familias, tribus, pueblos indígenas de Colombia, dispersos en tierras calientes, llanuras y selvas, rodeados de grandes ríos o las costas del mar de las Antillas o mar Caribe y las del Pacífico. Desde la península de la Guajira hasta la cuenca del Amazonas. Desde la bendita Sierra Nevada de Santa Marta, pasando por los plácidos y ricos altiplanos cundiboyacenses, hasta las vertientes o cuencas de los ríos Meta, Vichada y Guaviare. Habitaron las onduladas y suaves colinas entre los ríos Cauca y Magdalena, en medio de sopores y nieblas tropicales. En el macizo andino en medio de un soberbio panorama de tierra negra y vegetación. En la parte meridional de los andes, en los cálidos valles de los ríos Saldaña y Coello, en las estribaciones de la cordillera central. En los sectores fértiles y áridos de Santander. En el Valle alto del río Yaruma o grande de la Magdalena. Alrededor del río Calima, vertiente del océano Pacífico. Indígenas que se deformaban el cráneo, los brazos y las pantorrillas, que usaban poca ropa y se pintaban el cuerpo con dibujos multicolores. Hombres de guayuco y mujeres de túnica, caciques con faldellines de plumas vistosísimas, pelo largo atado a la nuca y vestidos con un largo lienzo de algodón rojo que colgaba de sus hombros, adornados los brazos, los tobillos, las orejas, la nariz y el pecho con objetos de oro. Indígenas que se comunicaban a través de numerosas lenguas, de soberbia hermosura, amantísimos de la naturaleza, habitantes de la tierra de la libertad, expertos en la vida de las inmensas ciénagas, de instrumentos de piedra tallada y cuchillos de astillas de sílex hacha, cerbatana, macana y arco con flecha.



Fueron nómadas, grandes navegantes, temibles e indomables guerreros, antropófagos, cazadores, trashumantes, altivos y orgullosos agricultores, mineros. Prodigiosos, suntuosos, refinados, elegantes, caprichosos y soberbios orfebres. Mágicos, finos y afortunados ceramistas, notables textileros, peritos ganaderos, grandes tejedores, comerciantes, notables ecólogos, aventajados jinetes, inigualables urbanistas, ingenieros y arquitectos, filósofos, extraordinarios escultores, grandes retratistas, legisladores y curanderos. Príncipes, soberanos, caciques, cacicas, gobernadores, brujos y astrónomos, adoradores del sol Suhe y su esposa la luna Chía, en medio de leyendas y danzas sacerdotales con mantas rojas y azules, acompasadas con cantos y recitaciones. Guardaban colgados en fila, los cuerpos de los antepasados, momificados y disecados a fuego lento, envueltos en telas de algodón y adornados con plumas, pectorales, cadenas y objetos simbólicos de oro. Insuperables luchadores, valientes y ágiles. Los feroces caribes fueron los más rebeldes a la conquista; el Cacique Caonabó, reyezuelo indígena que descuella por una fiereza indomable frente a los europeos invasores y el caso del Cacique Petecuy en cuyo cercado encontraron los españoles más de cuatrocientas pieles humanas henchidas con ceniza y el de la Gaitana que se embriagaba bebiendo la sangre de los españoles en los propios cráneos de éstos. Cruel y sangrienta fue la conquista, en medio de nubes de flechas los indígenas resistían con heroísmo para defender su tierra, su oro, su vida. Prefirieron morir abrasados a rendirse. Indígenas aguerridos y orgullosos, creadores de especiales manifestaciones artísticas, imbuidos en ritos de iluminación, envidiados en todos sus aspectos por el invasor. Pueblos avanzados de América. Hijos del jaguar y del caimán. Honor de América: Sus etnias son fundamento básico de la nacionalidad colombiana. (Movifoto S.A., 1968).    
  




Mundo Precolombino



 Textos e imágenes de (Movifoto S.A., 1968)




IRACA Y RAMIRIQUI

   
 Según una leyenda indígena en el principio y en medio de la oscuridad, no existían sino los Caciques de Sogamoso y su sobrino el Cacique de Ramiriquí, quienes comenzaron a formar a los hombres de tierra amarilla y a las mujeres de hierbas y de tallos huecos y verdes. Después de esta faena el Sogamoso ordenó a su compañero que fuese a las alturas para que, convertido en sol, iluminase el mundo, pero observando que esa luz no bastaba para alumbrar la noche, se convirtió él mismo en el disco de la luna.


BACHUE
 
La laguna de Iguaque fue la cuna del género humano para los chibchas. En el amanecer de los tiempos surgió de aquella laguna una mujer llamada Bachué o Furachoga, que quiere decir mujer buena, con un niño de tres años en los brazos. Bajaron a lo llano en donde vivieron hasta que el niño tuvo edad para casarse con Bachué. Efectuado el matrimonio comenzaron a poblar la tierra de hijos viajando de una parte a otra. Viejos Bachué y su esposo regresaron a la orilla  de la laguna, convocaron a los habitantes de la región, después de sentida plática de despedida y de copioso llanto de su numerosa prole. Bachué y su esposo, convertidos en dos inmensas serpientes, se sumergieron en las aguas. Desde entonces Bachué es considerada como la diosa madre de los chibchas, diosa de la noche, dispensadora de la fertilidad y de la abundancia.



Foto: Mónica López


  



 
EL DORADO


Rito solemnísimo era el baño que el Cacique de Guatavita celebraba anualmente en la laguna de su nombre: Una vez amanecía el día del sacrificio, el Cacique se ungía el cuerpo con resinas, luego se le regaba oro en polvo que se adhería a su cuerpo, quedando resplandeciente y totalmente cubierto del precioso metal. Entraba luego a una balsa preparada para tal efecto y rodeado de algunos sacerdotes se internaba en la laguna. Entre tanto la multitud apretujada en las orillas, cantaba himnos religiosos, ejecutaba música y entonaba plegarias. Cuando el cacique llegaba al centro de la laguna, arrojaba el oro, las esmeraldas y los objetos preciosos, sumergiéndose luego en el agua. En ese instante el pueblo delirante y frenético redoblaba sus cánticos y músicas y arrojaba, también, infinidad de objetos preciosos de oro y esmeraldas a la diosa laguna.

Cuando Sebastián de Benalcázar oyó contar a un indígena la ceremonia del Guatavita, exclamó: “Vamos a ver ese dorado”, dando origen a la denominación y señuelo de El Dorado, que tanto anhelaron los ambiciosos conquistadores.



Descubrimiento





Textos e imágenes de (Movifoto S.A., 1968)

Isabel La Católica y Fernando El Católico reyes de España, fueron factor decisivo para el descubrimiento de América. Cristóbal Colón descubridor del Nuevo Mundo. Rechazados sus servicios por los reyes de Portugal, insistió por seis años ante la corona española, hasta que obtuvo de Isabel La Católica, el patrocinio para la empresa que dio por resultado el descubrimiento del Nuevo Mundo, hazaña que figura  entre las más grandiosas de la historia de la humanidad.

Las dos carabelas proporcionadas a Colón fueron La Niña y La Pinta. Colón fletó además una carabela llamada La Santa María como buque insignia de su expedición. El 11 de octubre de 1492 desde la Pinta y en el mástil Rodrigo de Triana escrutaba el horizonte. De improviso, deslumbrante por la luz de la luna, refulgió una superficie blanquísima, horas después divisó al fondo una faja oscura; la carabela continuo ganando terreno: Algo brillante de nuevo surgía inequívoco a sus ojos: Tierra. Desde el puesto de vigía Rodrigo de Triana clamaba a todo pulmón: ¡Tierra! Del castillo de proa vociferaron e hicieron fuego. El barco almirante pasó como una exhalación. Colón se agitaba y temblaba como un niño.

El viernes 12 de octubre de 1492, poco después de salir el sol. Tomó solemne posesión de la desconocida tierra que acababa de descubrir. Colón saltó a tierra y arrodillándose besó el suelo, alabó a Dios “con ardientes lágrimas” y bautizó la isla con el nombre de San Salvador. Entonaron la Salve Regina, ante la atónita curiosidad de los indígenas que desde la mañana habían estado observando los grandes barcos como si fueran monstruos marinos, mirando los cristianos, espantados de sus barbas, blancura y de sus vestidos. Colón los obsequio con gorras rojas y cuentas de vidrio y quedaron completamente maravillados ante esos nuevos dioses, jamás presentidos ni soñados. Dioses que trajeron muerte y destrucción.





EL CACIQUE TONÉ

En 1557 salió de Anserma Gómez Fernández en busca del Cacique catío Toné, “bárbaro, duro, gallardo mozo, bien dispuesto, de fuerzas monstruosas y atrevido, en quien nunca hubo descuido para defenderse de sus contrarios”. Toné visitó las tribus vecinas reanimándolas para continuar la resistencia contra el invasor. Levantaron una nueva fortaleza en Nogabarco. Gastaron 39 días los indígenas para construir su baluarte. Allí esperaron el ataque en heroica resistencia; al darse cuenta los castellanos que sólo el fuego sería arma eficaz para desalojar a los valientes indígenas, formaron grandes montones de leña alrededor de la fortaleza y prendieron fuego. Los indígenas desesperados, al salir precipitadamente eran rematados en pavorosa carnicería por los soldados con armas blancas y arcabuces. En este asedio a Nogabarco perecieron multitud de indígenas y, entre ellos, el valeroso Cacique Toné.

Foto: Mónica López


MAITAMÁ

En pos de la conquista de las tierras de la banda oriental del Cauca, Robledo encontró cerca al pueblo de Irra, manera de cruzar el río. Una vez llegado el conquistador a la otra orilla, se alió con los indígenas Carrapa y presento combate a los Picara, Paucará y Pozo, derrotando a los Caciques Tirtirama y Pimiraque, quienes enviaron presentes a Robledo. Siguió éste a Paucará, donde hizo alianza con el Cacique Pimaná. Prosiguió hacia la región de Arma, en los dominios del Cacique Maitamá, Jefe de la tribu de los Cuy-Cuy. Los indígenas salieron en son de guerra contra el invasor; ataviados de pies a cabeza con cascos, diademas, narigueras, collares y petos de oro; llevaban banderas de tela de algodón adornadas con dijes del mismo metal. La resistencia de Maitamá fue tan tenaz, que Robledo tuvo que servirse de una treta indigna, atrayéndolos con halagos para luego ejecutar en ellos tremenda carnicería, aplicándoles un cruel castigo acostumbrado en España desde antiguo: Cortándoles narices, orejas y manos y devolviéndoles así mutilados a sus pueblos para que escarmentaran.




TUNDAMA O DUITAMA

Este valeroso jefe indígena, aliado al cacique Icabero y al frente de más de nueve mil indios de las regiones de Suatá, Ocavita, Onzaga, Sátiva, Chitagoto, Susa, Cerinza, Tutazá, Subachoque y Corrales de Bonza, prepararon la resistencia al avance de los conquistadores, pero fueron derrotados. Tiempo después de haber sido fundada Tunja continuaba este guerrero  alarmando toda la región por lo que tuvo Suárez Rendón que resolverse a atacarlo en la isla de la laguna de Bonza donde se había fortificado, Invencible en los combates e insensible a los halagos de los jefes españoles, mantuvo en jaque toda la región dominada por él. Abandonado finalmente por sus compañeros tuvo que plegarse a pagar tributo requerido y por haber dado con toda entereza respuesta negativa a una exigencia de oro que le hiciera Don Baltazar Maldonado, fue villanamente asesinado por éste de un mazazo en la cabeza.

                
   QUEMUENCHATOCHA

El 2 de agosto de 1537, cuando Quesada y sus hombres estuvieron cerca de Hunza, donde dos años después fundarían la ciudad de Tunja, residencia del Zaque Quemuenchatocha, éste les envió presentes solicitándoles no llegaran a su cercado hasta el día siguiente. Quesada no obstante entró en son de guerra con sus hombres al cercado de Quemuenchatocha quien permaneció sentado en suma dignidad y gravedad. Durante el saqueo del palacio o cercado fue tan grande la cantidad de oro y mantas de algodón encontradas a este soberano, que el montón recogido en el patio no permitía ver un caballo y su jinete de un lado al otro. Hostigado el Zaque por los invasores sólo rompió su silencio para decirles: “Mi cuerpo está en vuestras manos, disponed de él a vuestro antojo, pero en mi voluntad mando yo”. El oro recogido por los españoles fue muy abundante, así como ricas esmeraldas.





   RIQUEZA DE NUESTRA ORFEBRERÍA





De la incalculable riqueza de la orfebrería prehistórica colombiana y del número de las piezas fabricadas por los artífices indígenas, nos da una clara idea el análisis siguiente: El museo del oro, en Bogotá fundado por el Banco de la República, constituye una de las más ricas y extraordinarias colecciones de piezas de orfebrería prehistórica del mundo. En los museos de Londres, Chicago, Washington y Berlín hay abundancia de admirables piezas auríferas trabajadas por nuestras tribus indígenas; en el Museo de América de Madrid reposa el maravilloso “tesoro de los quimbayas”, regalo del gobierno colombiano al de España. Agréguese a lo anterior la sed insaciable de oro de los conquistadores que saquearon a diestra y siniestra tumbas y santuarios indígenas, para sustraer los objetos de oro que en ellas encontraban y fundirlos luego, haciendo caso omiso del valor artístico y científico de los mismos. Esta labor destructora de los conquistadores ha continuado, aunque en menor escala, por los incontables “guaqueros” de todas las épocas, cuyo procedimiento es similar al de los conquistadores, respecto a la ninguna estimación que hacen del valor artístico de los objetos encontrados. Finalmente, piénsese en las innumerables colecciones particulares de orfebrería prehistórica colombiana y se tendrá una clara visión de la riqueza, abundancia y variedad de nuestra orfebrería, que hace acreedora a Colombia al titulo del País del Dorado, con que ha sido conocido desde el siglo XVI. 

Conquista

Los conquistadores de España, vinieron a estas tierras movidos por la insaciable sed de oro y riquezas, y a su paso sembraron crueldades y servidumbre. En nombre de Dios y de los reyes católicos de España, colonizaron la tierra, mataron las naciones indígenas y robaron el oro y las riquezas que guardaron como tesoros reales, marcados y fundidos.

"Ante la lectura realizada por Martín Fernández de Enciso el primer español que piso tierras colombianas y el primer abogado en pisar tierra firme, de la redacción de los célebres requerimientos  y que ese procedimiento hubiera sido adoptado y ordenado por las autoridades españolas, no faltó la ironía y desprecio con que algún indígena, al oír la lectura del documento, le rearguyó en contra de la autoridad que pudiera tener el papa o los reyes sobre las tierras que eran de los indios."

La enorme riqueza de estas tierras de América, despertó entre los conquistadores la ambición, donde muchos perecieron por la vil traición de sus colegas. Muchos fueron exterminados por los indios, con flechas y lanzas en la defensa de sus tierras, su oro y su vida. Otros por las miles de enfermedades que diezmaron tropas, las inundaciones dificultaban las marchas, el peligro los asediaba: Las feroces tribus indígenas, jaguares y reptiles monstruosos, la espesura de la selva y el implacable mar, afligió y termino con la vida de muchos colonizadores.

Mónica López



BALBOA Y EL HIJO DEL CACIQUE COMAGRE


El Hidalgo Vasco Núñez de Balboa, descubrió por conocimiento del  Cacique Comagre, la existencia del mar del sur. Salió de Santa María la Antigua del Darién, con 190 españoles y cerca de mil indios. Tras dura peregrinación llegaron al pie de la cumbre de cuarecría, el 25 de septiembre de 1513. En esta ocasión la más grande de su vida, le fue de incalculable valor la amistad y servicios de Panquiaco, hijo del Cacique Comagre. Balboa ordenó a sus hombres permanecer al pie de la montaña, escalándola él solo con su perro Leoncico. Al llegar a la cumbre quedó extasiado a la vista del inmenso mar que acababa de descubrir. Puesta en tierra una rodilla, dio gracias a Dios. Inició entonces el viaje hacia el mar llegando a sus orillas el 29 de septiembre. Balboa esperó la marea alta, entró al agua con rodela y espada desnuda y enarbolando el estandarte real, tomó posesión del océano, en nombre de Dios y de los reyes de España. Acababa de realizarse una de las más grandes hazañas de la conquista. Los reyes de España dieron a Núñez de Balboa el titulo de Adelantado del mar del sur. Jamás pudo imaginar el trágico final que le esperaba a manos del envidioso suegro, el gobernador Pedro Arias Dávila, en quien despertó un sentimiento de odio hacia él y cometió la felonía de hacer decapitar a su yerno. Sentencia que se cumplió en la plaza de Acla en 1517. El Adelantado marchó hacia el lugar del suplicio precedido de un pregonero que en alta voz, decía: “Esta es la justicia que manda hacer el Rey Nuestro Señor, y Pedrarias su Lugarteniente, a este hombre por traidor y usurpador de las tierras sujetas a su real corona”.
 
 
    RODRIGO DE BASTIDAS
 
Oriundo de Sevilla, acompañado de Alonso de Ojeda, descubrió en los años 1500 y 1501, en compañía de Juan de la Cosa, el litoral Atlántico, desde el Cabo de la Vela hasta la desembocadura del río que llamó de la Magdalena, por haber llegado en la fecha que celebra la iglesia la conversión de Santa María Magdalena. De aquí prosiguió bordeando la costa hasta el Golfo de Urabá. Primer Adelantado, Gobernador y Capitán de Santa Marta. Comenzó el exterminio de la cultura Tayrona, una de las culturas más desarrolladas de América con 250 años de existencia. Tribu a tribu destruyó y saqueó a casi 70 kilómetros a la redonda de Santa Marta hasta escapar a la Sierra Nevada, Koguis, Ikas y Sankas. Fue llamada Nueva Andalucía. De allí partieron la mayoría de exploradores al interior y al sur de la costa norte de Colombia. Rodrigo de Bastidas preso en España fue absuelto y fue herido a puñaladas por su Lugarteniente Juan de Villa Fuerte.


 SUPLICIO DE PEDRO DE AÑASCO


Añasco una vez establecida la colonia de Guacacallo o Timaná, ordenó a todos los caciques de las tierras por él conquistadas rendirles vasallaje, mas como el cacique, hijo de la Gaitana, se negara a obedecerle, lo hizo comparecer a su presencia y ante los ojos de su madre lo sacrificó, quemándolo vivo, despertando profundo rencor y rebeldía en la infeliz cacica. Comprometió ésta en su venganza al cacique Pionza, quien le juró entregarle vivo al victimario de su hijo. Pionza al frente de doce mil hombres armados de flechas, hondas y macanas, aguardaba el momento propicio en el valle de Ayunga, un oscuro amanecer. Entre espantosa gritería y ensordecedores ruidos las huestes de Pionza y sus aliados yalcones y paeces, cayeron sobre el campamento de Añasco. Fue dura la refriega, más al fin Don Pedro cayó prisionero y entregado a la justa furia de la cacica vengadora. Cuando lo tuvo en su poder le sacó los ojos, le hizo un hueco en la mandíbula inferior y por allí le introdujo una cuerda, cuya punta sacó por la boca; así lo llevo por los poblados indígenas entre el sarcasmo de los indios, mutilándole poco a poco los miembros hasta que expiró en medio de los más atroces dolores. La Gaitana continuó soliviantando las tribus indígenas, contra los españoles hasta que misteriosamente desapareció. Esto ocurrió entre 1540 y 1541.

LOS CACIQUES DE LA RESISTENCIA
 
Fueron numerosos jefes indígenas que opusieron tenaz resistencia a la invasión española. Tres de esos jefes merecen buen recuerdo de todos. Nabascadas es el nombre del primero: Jefe indígena quimbaya que en 1603 trató de sublevar toda la región contra los invasores, habiendo sido delatado por el cura doctrinero del pueblo. Pipatón es el segundo, y su nombre sugiere episodios de valor en defensa de sus dominios en el Carare y Santander. Al frente de los Yareguíes y aliado con Itupeque y con Veto, ocasionó notables disturbios e impidió el tráfico por la región del Magdalena. Chanviragua fue otro cacique que unido a Sagitama, Aupirama y Ancora, jefes de la provincia de Picara, presentaron resistencia al Mariscal Robledo cuando éste, aliado con los carrapas, invadió sus dominios. En la lucha de los naturales, con los europeos en esta región, la mayoría de los indígenas rebeldes perecieron en los combates; otros fueron devorados por los carrapas y algunos pocos se rindieron a los españoles.


Después de aproximadamente cuarenta años de emprendida la conquista, los rezagados conquistadores solo encontraban a su paso un corto número de casas pajizas, las gentes flacas y amarillentas, vestidas de lienzos del país, con camisetas y alpargatas. Las armas brillantes, tocas de terciopelo con plumas flotantes, ropas de seda y espuelas doradas, que portaban las galanas flotas de los españoles, contrastaban visiblemente el saqueo y exterminio de estas pobres gentes a quienes engañaron con gorras rojas, cuentas de vidrio y otras baratijas.

Textos e imagenes de (Movifoto S.A. 1968)