martes, 6 de diciembre de 2011

Culturas Indígenas de Colombia






En memoria de los
Caciques Indígenas de la resistencia
y los miles de Indígenas
que con sus actos heroicos
y sus vidas,
 hicieron de Colombia
la tierra de la libertad.


Que resuenen las herraduras
de aquellos temibles
salvajes caballos.
Se enfrentaron con valentía
aquellos temibles e indomables
Caciques.
Miles de Indígenas
armados con flechas, y lanzas,
diezmaron a cientos de centauros españoles.
Prefirieron morir lentamente
abrazados en el fuego,
o ahorcados silenciosamente en la maloca,
a rendirse frente a los blancos invasores.



Mónica López


Chibchas o muiscas, guanes , tunebos, taironas, chimilas, arahuacos, guajiros, paeces, cunas, guambianos, andaquíes, pastos, quillacingas, caribes, muzos, panches, pijaos, chocoes, motilones, quimbayas, catíos, tucanes, guahibos, puiñaves, huitotos, mocagajes, coreguajes, ingnos, cofanes. Familias, tribus, pueblos indígenas de Colombia, dispersos en tierras calientes, llanuras y selvas, rodeados de grandes ríos o las costas del mar de las Antillas o mar Caribe y las del Pacífico. Desde la península de la Guajira hasta la cuenca del Amazonas. Desde la bendita Sierra Nevada de Santa Marta, pasando por los plácidos y ricos altiplanos cundiboyacenses, hasta las vertientes o cuencas de los ríos Meta, Vichada y Guaviare. Habitaron las onduladas y suaves colinas entre los ríos Cauca y Magdalena, en medio de sopores y nieblas tropicales. En el macizo andino en medio de un soberbio panorama de tierra negra y vegetación. En la parte meridional de los andes, en los cálidos valles de los ríos Saldaña y Coello, en las estribaciones de la cordillera central. En los sectores fértiles y áridos de Santander. En el Valle alto del río Yaruma o grande de la Magdalena. Alrededor del río Calima, vertiente del océano Pacífico. Indígenas que se deformaban el cráneo, los brazos y las pantorrillas, que usaban poca ropa y se pintaban el cuerpo con dibujos multicolores. Hombres de guayuco y mujeres de túnica, caciques con faldellines de plumas vistosísimas, pelo largo atado a la nuca y vestidos con un largo lienzo de algodón rojo que colgaba de sus hombros, adornados los brazos, los tobillos, las orejas, la nariz y el pecho con objetos de oro. Indígenas que se comunicaban a través de numerosas lenguas, de soberbia hermosura, amantísimos de la naturaleza, habitantes de la tierra de la libertad, expertos en la vida de las inmensas ciénagas, de instrumentos de piedra tallada y cuchillos de astillas de sílex hacha, cerbatana, macana y arco con flecha.



Fueron nómadas, grandes navegantes, temibles e indomables guerreros, antropófagos, cazadores, trashumantes, altivos y orgullosos agricultores, mineros. Prodigiosos, suntuosos, refinados, elegantes, caprichosos y soberbios orfebres. Mágicos, finos y afortunados ceramistas, notables textileros, peritos ganaderos, grandes tejedores, comerciantes, notables ecólogos, aventajados jinetes, inigualables urbanistas, ingenieros y arquitectos, filósofos, extraordinarios escultores, grandes retratistas, legisladores y curanderos. Príncipes, soberanos, caciques, cacicas, gobernadores, brujos y astrónomos, adoradores del sol Suhe y su esposa la luna Chía, en medio de leyendas y danzas sacerdotales con mantas rojas y azules, acompasadas con cantos y recitaciones. Guardaban colgados en fila, los cuerpos de los antepasados, momificados y disecados a fuego lento, envueltos en telas de algodón y adornados con plumas, pectorales, cadenas y objetos simbólicos de oro. Insuperables luchadores, valientes y ágiles. Los feroces caribes fueron los más rebeldes a la conquista; el Cacique Caonabó, reyezuelo indígena que descuella por una fiereza indomable frente a los europeos invasores y el caso del Cacique Petecuy en cuyo cercado encontraron los españoles más de cuatrocientas pieles humanas henchidas con ceniza y el de la Gaitana que se embriagaba bebiendo la sangre de los españoles en los propios cráneos de éstos. Cruel y sangrienta fue la conquista, en medio de nubes de flechas los indígenas resistían con heroísmo para defender su tierra, su oro, su vida. Prefirieron morir abrasados a rendirse. Indígenas aguerridos y orgullosos, creadores de especiales manifestaciones artísticas, imbuidos en ritos de iluminación, envidiados en todos sus aspectos por el invasor. Pueblos avanzados de América. Hijos del jaguar y del caimán. Honor de América: Sus etnias son fundamento básico de la nacionalidad colombiana. (Movifoto S.A., 1968).    
  




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